ADENTRO DEL MURO
Hoy, la mayoría se encuentra adentro del muro. Adentro del muro es un concepto que, en situaciones como la actual, se entiende como el mecanismo preventivo más eficiente frente a una enfermedad que no tiene vacuna. Si nos mantenemos adentro del muro, evitaremos contagiarnos y contagiar a los demás. Evitaremos el colapso de un sistema.
Sin embargo, el estar adentro del muro, el de mi casa, hace que me pregunte lo siguiente: ¿y los que llevan adentro del muro por años? En Colombia, aproximadamente 125.000 personas se encuentran adentro del muro de forma permanente, con y sin pandemia, muros con capacidad para máximo 80.373 cuerpos encerrados. [1] La cárcel, como institución jurídica, policiaca y penal, se entiende como aquel edificio donde se encierra a los condenados, o a ciertos sospechosos de cometer un delito, a pena de privación de la libertad. Esos edificios, aquí en Colombia, se encuentran habitados por personas en situación de hacinamiento. Los presos, que han sido condenados a estar adentro del muro por determinado tiempo, o que están bajo medida preventiva de aseguramiento, no caben en ese lugar. Los encargados del muro no pueden asegurar que los recursos, escasos, cubran las necesidades más básicas de los reos: tener un lugar donde dormir, comer lo suficiente para cubrir el gasto calórico diario.
En tiempos de pandemia, estas personas están en un riesgo más elevado. Mientras nosotros estamos adentro del muro para estar a salvo, ellos adentro del muro están en mayor peligro que antes. El COVID-19 acecha como un enemigo invisible que, mientras no exista vacuna, sólo puede evitarse mediante el distanciamiento social. ¿Cómo puedes tener distanciamiento social si ni siquiera cabes en una celda? En los establecimientos carcelarios entra y sale gente diariamente, gente que no se sabe si puede estar contagiada, como toda persona que sale a la calle en tiempos de pandemia. En Villavicencio se ha dado el primer caso de contagio masivo en instituciones penitenciarias. Son 859 los enfermos confirmados por el virus, entre privados de la libertad, funcionarios, familiares y otros transeúntes del entorno[2]. Estos datos ponen en evidencia que, si no se hace una reforma rápida al sistema carcelario, se flexibiliza la prisión domiciliaria en delitos que no conllevan un riesgo para la sociedad y se usa adecuadamente el derecho penal para lo que está establecido -ser la última ratio del ordenamiento jurídico- , los presos pueden ser uno de los grupos poblacionales más afectados por la pandemia.
Una interesante reflexión abunda, en general, sobre si en Colombia se usa adecuadamente el derecho penal. El hecho de ser una sociedad históricamente golpeada por la guerra y el conflicto, hacen que se use el mecanismo más violento[2] de la ciencia jurídica con más frecuencia de lo que se espera. Muchas veces por el odio al delincuente, la repulsión que éste genera, se nos olvida el principio más básico de humanidad: todos, por el hecho de ser humanos, tenemos igualdad de derechos y obligaciones. El reo sigue siendo un ser humano igual que todos nosotros. El sistema judicial no es perfecto y condena inocentes, injustamente también. Pero, a pesar de esto último, no podemos dejar de lado la humanidad del prisionero, tan susceptible como todos nosotros al coronavirus en este momento.
Es el momento de recordar, que no todos los que estamos adentro del muro estamos dentro de los mismos muros. Las condiciones para todos, en un país desigual, nunca serán las mismas. El coronavirus no ataca ideologías, creencias, posturas, no hace distinciones como la de “hombres de bien” y “hombres de mal”, ataca por igual a los seres humanos sin importar su procedencia. Es el momento de pensar en los que, realmente, están adentro del muro. Es hora de pensar en los seres humanos.
Felipe Fajardo V
Estudiante de Derecho
Referencias
[1] https://www.elpais.com.co/judicial/las-carceles-de-colombia-cada-dia-estan-mas-hacinadas-la-cifra-llego-al-53.html
[2] https://www.eltiempo.com/salud/la-carcel-de-villavicencio-es-el-infierno-del-coronavirus-494814
[3] Violencia del derecho penal: Representación punitiva, discriminación y la postergación del derecho social. – Fernando Cruz Castro
Sin embargo, el estar adentro del muro, el de mi casa, hace que me pregunte lo siguiente: ¿y los que llevan adentro del muro por años? En Colombia, aproximadamente 125.000 personas se encuentran adentro del muro de forma permanente, con y sin pandemia, muros con capacidad para máximo 80.373 cuerpos encerrados. [1] La cárcel, como institución jurídica, policiaca y penal, se entiende como aquel edificio donde se encierra a los condenados, o a ciertos sospechosos de cometer un delito, a pena de privación de la libertad. Esos edificios, aquí en Colombia, se encuentran habitados por personas en situación de hacinamiento. Los presos, que han sido condenados a estar adentro del muro por determinado tiempo, o que están bajo medida preventiva de aseguramiento, no caben en ese lugar. Los encargados del muro no pueden asegurar que los recursos, escasos, cubran las necesidades más básicas de los reos: tener un lugar donde dormir, comer lo suficiente para cubrir el gasto calórico diario.
En tiempos de pandemia, estas personas están en un riesgo más elevado. Mientras nosotros estamos adentro del muro para estar a salvo, ellos adentro del muro están en mayor peligro que antes. El COVID-19 acecha como un enemigo invisible que, mientras no exista vacuna, sólo puede evitarse mediante el distanciamiento social. ¿Cómo puedes tener distanciamiento social si ni siquiera cabes en una celda? En los establecimientos carcelarios entra y sale gente diariamente, gente que no se sabe si puede estar contagiada, como toda persona que sale a la calle en tiempos de pandemia. En Villavicencio se ha dado el primer caso de contagio masivo en instituciones penitenciarias. Son 859 los enfermos confirmados por el virus, entre privados de la libertad, funcionarios, familiares y otros transeúntes del entorno[2]. Estos datos ponen en evidencia que, si no se hace una reforma rápida al sistema carcelario, se flexibiliza la prisión domiciliaria en delitos que no conllevan un riesgo para la sociedad y se usa adecuadamente el derecho penal para lo que está establecido -ser la última ratio del ordenamiento jurídico- , los presos pueden ser uno de los grupos poblacionales más afectados por la pandemia.
Una interesante reflexión abunda, en general, sobre si en Colombia se usa adecuadamente el derecho penal. El hecho de ser una sociedad históricamente golpeada por la guerra y el conflicto, hacen que se use el mecanismo más violento[2] de la ciencia jurídica con más frecuencia de lo que se espera. Muchas veces por el odio al delincuente, la repulsión que éste genera, se nos olvida el principio más básico de humanidad: todos, por el hecho de ser humanos, tenemos igualdad de derechos y obligaciones. El reo sigue siendo un ser humano igual que todos nosotros. El sistema judicial no es perfecto y condena inocentes, injustamente también. Pero, a pesar de esto último, no podemos dejar de lado la humanidad del prisionero, tan susceptible como todos nosotros al coronavirus en este momento.
Es el momento de recordar, que no todos los que estamos adentro del muro estamos dentro de los mismos muros. Las condiciones para todos, en un país desigual, nunca serán las mismas. El coronavirus no ataca ideologías, creencias, posturas, no hace distinciones como la de “hombres de bien” y “hombres de mal”, ataca por igual a los seres humanos sin importar su procedencia. Es el momento de pensar en los que, realmente, están adentro del muro. Es hora de pensar en los seres humanos.
Felipe Fajardo V
Estudiante de Derecho
Referencias
[1] https://www.elpais.com.co/judicial/las-carceles-de-colombia-cada-dia-estan-mas-hacinadas-la-cifra-llego-al-53.html
[2] https://www.eltiempo.com/salud/la-carcel-de-villavicencio-es-el-infierno-del-coronavirus-494814
[3] Violencia del derecho penal: Representación punitiva, discriminación y la postergación del derecho social. – Fernando Cruz Castro